Suplementación: ¿Cuánto reduce las emisiones de metano?
Por primera vez en el país un equipo de investigadores midió el metano entérico generado por animales recriados sobre pasturas, con y sin suplemento invernal de maíz al 1% del peso vivo, y halló una disminución del 25% por kilo de ganancia de peso a favor del modelo más intensivo. Un dato que contribuye a la sustentabilidad de los sistemas pastoriles argentinos.
Un estudio del INTA y la Universidad Nacional del Centro de Bs As (UNICEN) con apoyo del IPCVA, midió las emisiones de metano entérico del ganado en pastoreo, utilizando una metodología internacional adaptada a los sistemas de producción locales, algo estratégico para el posicionamiento de la carne argentina en el mundo. La investigación, bajo la coordinación de los Ing. Agr. Patricia Ricci y Horacio Gonda, puso en blanco sobre negro el potencial de reducción de esos gases a partir de la suplementación con grano de maíz partido al 1% del peso vivo (PV), sobre pasturas base alfalfa. El dato, inédito en el país, agrega valor a una técnica muy difundida en los establecimientos ganaderos, que no sólo mejora la eficiencia productiva, sino que contribuye a la producción de carne sustentable.
“Queríamos evaluar el beneficio de intensificar la recría pastoril, tal como se practica en cualquier campo, y demostrar que esto no aumenta su impacto ambiental. En 2017 nos presentamos a una compulsa del IPCVA, teníamos una visión en común y nos seleccionaron. El apoyo que recibimos fue un empujón importante para consolidar el equipo de trabajo y dar visibilidad a información útil para el productor, que no siempre le llega”, dijo a Valor Carne, Ricci, una joven investigadora que cuenta con una importante trayectoria en gases de efecto invernadero.
Oriunda de General Madariaga, Buenos Aires, realizó estudios de Doctorado en la Universidad de Edimburgo, Escocia. “Allí estuve cuatro años y me especialicé en el impacto de distintas alternativas de manejo en las emisiones de la producción animal”, contó.
Una vez de regreso, en 2014, ingresó al INTA Balcarce y gestionó la adquisición de equipamiento para medir metano entérico mediante la metodología de muestreo del aire expirado o eructado, en condiciones controladas. Esta iniciativa cobra relevancia ya que, a pesar de la creciente interpelación a la carne vacuna por el calentamiento global, existía poca información local sobre este tipo de emisiones en pastoreo.
La evidencia
El ensayo del INTA Balcarce se llevó adelante con 40 terneros Angus, 20 de ellos se destetaron a los 140 días y se alimentaron a corral, y el resto se crío al pie de la madre hasta los 210 días. Luego, ambos grupos se recriaron sobre pasturas de alfalfa y festuca, con alta carga animal.
En invierno, durante 90 días, la mitad de los novillitos de cada tratamiento (10 destetados temprano y 10 tradicionalmente) fueron suplementados individualmente con grano de maíz partido al 1% del PV, mientras que la otra mitad siguió sólo pastoreando. Finalmente, todos continuaron sobre la alfalfa consociada hasta los 300 kg y se engordaron a corral durante 110 días, a base de grano de maíz, hasta un peso de faena de 422 kg promedio.
“Estamos hablando de un modelo que utilizan muchos productores pampeanos”, reiteró la investigadora, aludiendo a un planteo que permite producir novillos de calidad para consumo y exportación.
Durante la suplementación, se midieron las emisiones de metano entérico (CH4) de los animales, utilizando el protocolo reconocido internacionalmente y otro desarrollado a nivel local. Como resultado, tanto la cantidad total de metano (CH4, g/d) como por kilo de peso vivo (CH4, g/kg PV), no difirieron entre tratamientos, tal como se observa en el cuadro.
Emisiones de metano entérico de novillitos de recría sobre pasturas
Variables ConSupl SinSupl
PV, kg 240 228
CH4, g/d 172 162
CH4, g/kg PV 0,715 0,710
Ganancia de PV, kg/d 0,552 0,404
CH4, g/kgGDPV 296 393
ConSupl: suplementación de grano de maíz partido al 1% del PV, CH4, g/kgGDPV, metano producido por kg de ganancia diaria de PV.
Sin embargo, considerando la producción de metano por unidad de ganancia diaria de peso vivo (CH4, g/kgGDPV), el resultado fue significativamente menor (- 25%) en el grupo ConSupl (296 g CH4) que en el SinSupl (393 g CH4).
“La mejor respuesta de los animales suplementados (0,552 versus 0,404 kg/d) llevó a que el metano emitido por el animal se ‘diluyera’ en una mayor producción. Esto indica que lograr más eficiencia no solo genera ventajas productivas sino también carnes más amigables con el ambiente, reduciendo su huella de carbono”, explicó Ricci, agregando que tras la faena analizaron el rendimiento y resultó similar en ambos grupos (58%).
¿Evaluaron la calidad de la carne? “El ensayo implicó una pequeña mejora en la ganancia diaria de peso durante la recría, pero todos los animales recibieron una muy buena alimentación, adecuada a cada etapa fisiológica. Como posteriormente ambos grupos fueron terminados a corral con igual dieta, la suplementación invernal no impactó en el área de ojo de bife ni en el engrasamiento final, pero sí en las emisiones. Este es el dato revelador del estudio”, afirmó, detallando que con esa práctica durante 90 días se produjo 26,64 kg de metano por kilo de peso ganado, casi 10 kilos menos que el grupo sin suplementar.
Y agregó: “creemos que, si hubiésemos comparado un sistema pastoril intensivo versus uno a base de pasturas de menor digestibilidad, las diferencias hubiesen sido más notorias”
El valor de lo nuestro
El trabajo también permitió comparar la metodología de medición de emisión de metano entérico reconocida internacionalmente, que implica utilizar tubos de colección diaria, con una alternativa aggiornada a los sistemas locales de pastoreo.
“El protocolo fue adaptado a las condiciones del país hace ya varios años por físicos de la UNICEN y eso nos facilitó mucho la operatoria”, señaló Ricci.
¿Cómo trabajan? “Nuestros ensayos están avalados por el ‘Comité para el Cuidado y Uso de Animales de Experimentación’. Con esta visión, traemos los novillitos a la manga, les ponemos el tubo que recolecta constantemente un poco del aire exhalado y eructado, y en el caso del método original, se los tenemos que cambiar a diario, durante cinco días, o sea, los reemplazamos por uno nuevo y luego vuelven a pastorear. Es una tarea compleja, la hacemos los propios investigadores, estudiantes de grado y posgrado, y personal de apoyo”, comentó.
Ante estas dificultades, “los especialistas de la UNICEN probaron un tubo diferente que no requiere reemplazo hasta el quinto día. Así, además de preservar el bienestar animal no necesitamos hacer mediciones diarias y los resultados que obtuvimos fueron similares en ambos casos”, aseveró.
Para los investigadores, simplificar el protocolo de trabajo tiene trascendencia más allá de lo experimental. “Las emisiones de metano entérico están relacionadas con las pérdidas de energía consumida por el animal que no es utilizada por su organismo. Entonces, este avance abrirá la puerta a recolectar información práctica para mejorar la eficiencia productiva en establecimientos ganaderos, a partir del manejo de la cantidad y calidad de alimento”, finalizó Ricci, adelantando que ahora el equipo está evaluando el impacto de la inclusión de burlandas y otros subproductos en la reducción de esos gases.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein Editora de Valor Carne – www.valorcarne.com.ar
El equipo: En este trabajo participaron investigadores, estudiantes y personal de apoyo del Grupo de Nutrición Animal, INTA Balcarce, CONICET y Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata; del Grupo de Físico-química Ambiental, Instituto de Física Arroyo Seco, Facultad de Ciencias Exactas, CIFICEN, CONICET-CIC y del Departamento de Producción Animal, Facultad de Ciencias Veterinarias, CIVETAN, CONICET-CIC.