Primer ganadero que certifica carne libre de deforestación
Con campos de cría en Corrientes y terminación en Córdoba, participó de la prueba piloto de Quickfood/Marfrig para exportar a Europa con el nuevo requisito. La iniciativa, realizada a través de la plataforma VISEC, fue presentada esta semana en Bruselas. Hoy los protagonistas cuentan su experiencia.
El lunes 3 de junio se degustó en la embajada argentina en Bruselas el primer lote de carne libre de deforestación, certificada a través de VISEC, una iniciativa privada que busca cumplir con la legislación de la Unión Europea que exigirá este estándar para el producto importado a partir del 1° de enero de 2025.
El Ing. Agr. Martín Reitú, gerente de ‘El Jagüel’, y la Ing. en Alimentos Teresa Senosiain, gerente de calidad de Marfrig, contaron a Valor Carne cómo se verificó que no hubo desmonte en los campos donde estuvo la tropa y de qué manera se garantizó la trazabilidad del embarque. Una muestra de que la ganadería argentina es sustentable y puede demostrarlo.
“Hace tiempo que queríamos certificar la calidad del novillo pesado que hacemos a pasto, no es tan común. Le trasladé la inquietud a la gente de Quickfood y tiempo después salió esta oportunidad”, dijo Reitú, recordando la motivación que lo llevó a ser el primero en el país en lograr el ‘libre de deforestación’. Y agregó: “Marcelo Malisani, jefe de Compra de Hacienda de Marfrig, vino a visitar nuestros campos, nos propuso hacer la prueba piloto y trabajamos en conjunto”.
‘El Jagüel’ hace el ciclo completo de hacienda Braford en cinco establecimientos distribuidos en dos provincias, especializados en las distintas etapas productivas. El de cría, con pastizales naturales y monte, está en Sauce, centro-sur de Corrientes, y los de recría y terminación en Devoto, noreste de Córdoba.
“La cría se hace en bajos, media loma y lomas muy productivos, mediante un manejo respetuoso del ambiente y del bienestar animal. Destetamos con 120-150 kg y los terneros van a un campo cordobés donde hacemos una primera recría sobre alfalfas, con apoyo de grano de maíz de producción propia. Luego se llevan a otro campo para completar el crecimiento del animal, también sobre alfalfa y suplementación estratégica con silo. Y por último pasan a los de terminación con estos mismos recursos forrajeros para salir con 580 kg”, describió.
Desde hace varias décadas la firma vende tres a cuatro jaulas de novillos por mes para cuota Hilton a la planta de Quickfood, Santa Fe, de Marfrig Argentina.
¿Cómo fue el trámite? “Nos inscribimos en VISEC, subimos los cinco RENSPA (Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios) y les pasamos la geolocalización de cada uno. Con esta información, desde la plataforma hicieron el seguimiento satelital entre 2020 y la fecha del despacho, que es lo que pide la nueva legislación. Teníamos todo en regla y el visto bueno salió rápido”, destacó Reitú, refiriéndose a que sus animales resultaron elegibles para la Unión Europea.
“No hubo que hacer ningún cambio productivo ni invertir para lograr el ‘libre de deforestación’. Se puede cumplir con esta reglamentación”, subrayó.
En el frigorífico
Para Senosiain, esta prueba piloto que se hizo exclusivamente con hacienda de “El Jagüel” también fue una experiencia “amigable”.
“Desde la compañía ya veníamos monitoreando campos libres de deforestación por nuestra política interna y para cumplir con algunos clientes específicos de la UE. Pero esta nueva legislación pide garantizar todos los establecimientos donde estuvo el animal y hasta ahora era sólo el de terminación”, recordó. Y planteó: “el desafío era poder mapear esos campos desde el origen hasta la llegada al frigorífico”.
¿La gestión? “Nos registramos en la plataforma VISEC y el productor hizo lo propio. A través de los RENSPA, se obtuvieron las coordenadas y el perímetro de sus cinco campos; y una empresa privada aportó las imágenes satelitales al día del despacho y las comparó con las del mismo período a 2020”, contó.
Luego, cuando la tropa llegó al frigorífico, los primeros días de mayo, se subió el documento de tránsito electrónico (DTE), las características de la producción en planta y el certificado sanitario de exportación.
“A partir de ahí una empresa certificadora verificó toda esa documentación. El objetivo era validar no solo que la carne que estaba dentro de las cajas provenía de este frigorífico, de esa tropa y de esos campos, sino también que las imágenes satelitales demostraban que no hubo degradación forestal. Tras la comprobación se emitió el certificado de libre deforestación”, explicó.
¿La trazabilidad? “La llevamos igual que siempre para todos los embarques con destino a la Unión Europea, sea para Hilton, 481 o extra-Hilton, es decir, por tropa”, indicó Senosiain.
En tal sentido, cuando la hacienda llega a la planta ya está identificada a través del DTE y durante el procesamiento, incluyendo faena, maduración, cuarteo, despostada, empaque, enfriamiento y carga, se lleva esa información hasta el rótulo de la caja. Entonces, en el mercado de destino, tomando un corte, se puede conocer la tropa y los campos de origen.
“En concreto, para nosotros, dentro del frigorífico, el ‘libre de deforestación’ es prácticamente lo mismo que hacemos todos los días para la Unión Europea. La única diferencia es el chequeo ambiental previo de los campos a través de VISEC”, aseguró.
¿Será así de sencillo para otros productores? “Creo que es un requisito más, como en su momento fue que los campos estén inscriptos para UE. Hay que tener un diálogo fluido con los ganaderos, porque cuando se habla de una plataforma pareciera que es algo súper complejo, pero acompañándolos resulta fácil. Y por supuesto hay que estar alineados con el cliente europeo, que en definitiva es el responsable del cumplimiento de la normativa”, explicó.
En cuanto al embarque consistió en dos toneladas de cortes de alta calidad, enfriados, envasados al vacío, marca Quickfood. “Todo el contenedor se certificó como libre de deforestación. Una parte se comercializó con un cliente habitual de Alemania y otra se degustó en el evento de la Embajada”, pormenorizó.
Para finalizar, Senosiain resaltó que la nueva legislación es indicativa de una sociedad cada vez más atenta a las prácticas sustentables. “Para seguir exportando es fundamental que el productor, la industria y el importador hagan su parte de modo que toda la cadena garantice el cumplimiento y que esta certificación no termine siendo una traba para la ganadería argentina”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne