El INDEC informó el saldo comercial acumulado a mayo, de USD 3.196 M, muy inferior al de 2021, de USD 5.672 M, debido a un alza de 44,2% de las importaciones, vs una suba de 26,6% de las exportaciones. La suba de las importaciones es un tema en discusión en el país en estos días.
Mientras tanto, la producción agropecuaria y agroindustrial sigue sosteniendo el resultado comercial, con el 66% de las exportaciones totales. De acuerdo a un informe realizado por Ernesto O’Connor, responsable del Departamento de Información Económica de CRA, los complejos de soja, girasol, maíz, trigo y cebada aportaron un acumulado de USD 13.386 M, con notable suba de las exportaciones de maíz y trigo, es cierto, en parte, por la suba de precios internacionales.
La carne bovina congelada, deshuesada, fresca o refrigerada registró exportaciones por USD 1.336 M. Las exportaciones de biodiesel fueron de USD 1.090 M, frente a valores de USD 435 M el mismo período de 2021, mostrando el gran dinamismo de esta actividad, que podría estar aumentando la oferta interna de gasoil, hecho que no ocurrió porque el gobierno redujo el corte al 5 % el año pasado, limitando la oferta al mercado interno.
Más allá de la suba de precios internacionales, y a pesar de la reciente sequía de la Niña, la producción agropecuaria sigue sosteniendo el resultado comercial de la Argentina, que es inferior al del año previo, por el abrupto aumento de las importaciones.
Es verdad que, por efecto de la invasión de Rusia a Ucrania subieron los precios internacionales de los fletes y de los combustibles, pero la falta de previsión de la política energética ha derivado en un aumento significativo de las importaciones de combustibles: el gasoil importado creció USD 1.461 M anual, y el gas natural licuado USD 622 M con respecto a enero-mayo 2021.
Así, las importaciones de combustibles pasaron a ser el 14% del total importado. Por otra parte, la realidad de la estructura productiva nacional indica que los insumos importados son imprescindibles para producir.
Finalmente, la brecha cambiaria del orden de 80% completa el problema, alentando la venta de gasoil fronterizo, como así también generando todo tipo de distorsiones en el comercio exterior. El agro, en cambio, sigue sosteniendo la única entrada neta de divisas al país, en medio de un contexto económico complejo.