Biofarma presenta los datos de 70 mil animales engordados

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El feedlot experimental reveló cómo logran conversiones y rindes
estables en el tiempo con tropas de diferentes grupos raciales y
tamaños corporales. Estudios como la relación entre el desbaste
y la cantidad de enfermos, y la importancia de una alimentación
completa desde el primer día, respaldan los resultados.

Biofarma es una empresa líder de nutrición animal que cuenta
con un centro de investigación de punta (CENAB) en Jesús
María, Córdoba, con el objetivo de ayudar a mejorar la eficiencia
de la ganadería intensiva del país. El Ing. Agr. Juan Manuel
Bollatti, gerente técnico del centro, presentó en una jornada del
IPCVA los resultados de las cabezas engordadas desde su
inauguración, dos años atrás.

“Hemos evaluado los casi 69 mil animales terminados, desde el
primero que entró hasta el último, todos han hecho aportes a
nuestra base de datos. Esto, además de ser fundamental para
monitorear su desempeño y tomar mejores decisiones, nos
permite generar información y conocimiento de utilidad para los
productores”, afirmó Bollatti.

Los datos se dividieron según grupos raciales: británicos –
livianos (< 280 kg, 35%) y pesados (28%)- cruzas índicas (35%) y
Holando (menos del 2%). “A los biotipos carniceros se les agrega
130-140 kg y a los lecheros 200 kg porque entran muy livianos y
engrasan a menor tasa”, detalló, mostrando una tabla con los
resultados.

.

Una primera observación que surge de estos datos es que se ha
cumplido con uno de los objetivos del negocio del feedlot.
“Hemos logrado resultados estables en el tiempo, no sólo a nivel
de tropa sino de manera global”, apuntó Bollatti. En ese sentido,
“aún con diferentes grupos raciales y tamaños corporales, las
mediciones arrojaron parámetros promedio consistentes: una
ganancia de peso de 1,26 kg/día, una conversión de 6,84, y un
rendimiento de 58,7%”, indicó.

De cualquier modo, incluso bajo un sistema de manejo
estandarizado, siempre hay variabilidad en los resultados, aún
entre tropas similares. “Uno los encierra y a veces se comportan
de una forma distinta por azar, por eso no consideramos algunos
corrales como referencia, sino que debemos analizar todo”,
pormenorizó.

¿Qué parámetros tomaron para calcular los resultados? “Siempre
trabajamos de la misma manera para que sean comparables. El
peso de ingreso se toma al momento de llegada y el peso de
salida surge de un protocolo, o sea, el animal pasa la noche
previa sin comida, sólo con agua, lo que da un 2-3% de merma, y
sobre eso se aplica un 5% de desbaste. Y esta es la referencia
sobre la cual calculamos ganancia de peso, conversión y
rendimiento de res”, explicó.

Volviendo a los datos del cuadro, las mayores diferencias se dan
según el tamaño de los animales. “Los livianos consumen menos
kilos de materia seca por día que los pesados (7,82 vs 9,25) y
alcanzan ganancias de peso similares. De este modo su
conversión es considerablemente mejor (6,13 vs 7,41)”, afirmó.

En tanto, “las cruzas índicas suelen tener ganancias de peso algo
menores que los británicos pesados, pero con menor consumo,
por lo que logran conversiones muy similares”, agregó.

¿Y los Holando? “Bueno, si bien son menos individuos,
obtuvimos ganancias diarias y conversiones semejantes en
comparación a los británicos livianos”, aseveró Bollatti, aclarando
que en el CENAB se trabajó con tropas grandes provenientes de
tambos profesionalizados. “Este no es el caso de los feedlots de
zonas lecheras donde llegan lotes chicos agrupados desde varios
orígenes. Lo remarcable de estos datos es que muestran el
potencial de la raza con buen manejo”, sostuvo.

Detrás de los resultados

Uno de los diferenciales del CENAB es que la información surge
a partir de métodos científicos, instalaciones de avanzada –que
incluyen el primer equipo de rolado de maíz al vapor del país- y
un grupo de más de 40 colaboradores altamente calificados que
trabaja día a día desde el ingreso de los animales.

“Hemos medido que, a mayor distancia recorrida, más horas
arriba del camión, los animales llegan con menor peso. El
desbaste aumenta 0,3% por cada 100 km, lo que coincide con la
bibliografía existente”, señaló. Y prosiguió: “además en los meses
de calor, pierden más peso que en el resto del año, les lleva más
tiempo recuperarse y, en parte, por eso baja el desempeño en
verano”.

En cuanto al origen, “cuando los animales vienen de campo
directamente el desbaste es distinto al de los que llegan de
remate feria”, afirmó, aludiendo a que hallaron un 6,7% y 7,8% de
pérdida de peso, respectivamente.

Una vez arribada, la hacienda se descarga de inmediato, sea de
día o de noche y se pone en un corral cómodo, cercano a la
rampa de descarga, con agua y comida, para que pueda
recuperarse. “Si ya viajó muchos kilómetros no le provoquemos
pérdidas extra porque no la bajamos a tiempo”, enfatizó.

Una cuestión importante es que a mayor pérdida de peso durante
el traslado, más riesgo de contraer enfermedades, principalmente
respiratorias. “Esto es algo que estaba documentado en los
Estados Unidos y ahora contamos con datos locales, en nuestras
condiciones”, aseveró Bollatti mostrando un gráfico.

Otra clave para minimizar estos riesgos es la alimentación
completa desde el primer día. “En el siguiente gráfico asociamos
la cantidad consumida en los 3 días iniciales y la incidencia de
enfermedades. Esto nos ayuda a comprender que, si podemos
estimular el consumo temprano, los animales podrán enfrentar
mejor el periodo crítico de los primeros días de estadía”,
argumentó Bollatti.

¿Es habitual dar de comer de entrada? “No siempre. En ciertos
engordes cuando los animales llegan, los dejan esperando hasta
que se libera un corral, a veces les dan un rollo de fibra, nada
más”, respondió. Y subrayó: “lo ideal sería, empezar a darles
cuanto antes una ración completa y palatable, alta en fibra, pero
con suficiente energía, proteínas y minerales, de modo que el
animal deje de perder peso”.

Al respecto, el CENAB hizo ensayos con 400 animales de
distinta procedencia -recría pastoril, remate feria y recría a corral-
en los que evaluaron cómo respondían a diferentes fuentes de
fibra en la ración inicial.

“Es común escuchar que con silaje de maíz los animales no
comen tan bien a la llegada y por eso recomiendan el heno de
alfalfa. Bueno, eso es lo que quisimos probar y, más aún,
identificar cuál es la mejor fuente de fibra en la dieta de
recepción”, describió Bollatti, detallando que el estudio incluyó
silaje de maíz, heno de alfalfa y una mezcla de silaje y heno.

“Vimos que, si la hacienda procedía de una recría pastoril, tendía
a consumir más con heno de alfalfa. Si se compraba en un
remate feria, sucedía lo mismo, o al menos cuando le dábamos
parte de heno de alfalfa mezclado con silaje, pero cuando venía
de una recría a corral, ese heno no estimulaba el consumo. Eran
los animales que menos habían sufrido a la llegada, conocían el
silaje y no hubo diferencias”, contó.

Con estos resultados ¿ustedes alimentan al inicio según el origen
de la hacienda? “No, porque en el día a día no podemos manejar
tanta segmentación, pero sí establecimos un protocolo que
empieza con mayor proporción de heno alfalfa y menor de silaje
de modo de cubrir todas las posibilidades y luego vamos bajando
la alfalfa”, reveló.

En síntesis, para tener buenos resultados es clave el manejo
desde el primero al último día. Al comienzo es importante
proveerles de agua de calidad, que coman cuanto antes y una
dieta que sea lo más palatable posible. Luego, durante el
engorde, el procesamiento del grano juega un rol central,
teniendo en cuenta que, al haber diferencias de consumo más
marcadas entre animales livianos y pesados, es necesario ajustar
el aporte de nutrientes, de acuerdo a cada categoría y de esta
forma optimizar el uso de los recursos.

Para finalizar, el MV Ariel Monetto, gerente comercial del
CENAB, resaltó que, si bien están conformes con los resultados
obtenidos en estos dos años, la información recolectada es muy
amplia y continuamente se evalúa para seguir mejorando los
índices productivos. “Nuestra visión es que la ganadería pueda
trabajar con planificación y protocolos de ejecución, es un
esfuerzo que vale la pena, por eso compartimos nuestros
resultados y manera de trabajar con los productores. Las puertas
están abiertas para intercambiar opiniones”, concluyó.

Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

 


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