Cuál es el beneficio económico de procesar el maíz según categoría

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Luego de medir la conversión alimenticia de novillos livianos y pesados engordados a base de grano entero, partido, húmedo y rolado al vapor, Biofarma presenta su impacto en los números del negocio. ¿Vale la pena el procesado en mi feedlot? ¿Cuántas cabezas repagan la inversión?

 

Biofarma es una empresa líder de nutrición animal que cuenta con un centro experimental (CENAB) junto a un feedlot para 15.000 cabezas instantáneas, en Jesús María, Córdoba. Recientemente, realizaron un ensayo en el que midieron el efecto del procesamiento del maíz en el engorde de las principales categorías que faena el país. Ahora, el M.V. Román Irurtia, gerente de rumiantes de Biofarma y el Ing. Agr. Juan Bollatti, gerente técnico del CENAB, presentan los resultados económicos de dichas prácticas, un estudio inédito extrapolable a engordes de distintas escalas para facilitar la toma de decisiones en la ganadería intensiva.

 

“Creemos que es importante que cada productor pueda analizar junto con su asesor técnico una inversión en procesamiento, ya que ésta depende del tamaño, la infraestructura, la disponibilidad de materias primas y de mano de obra, entre otros. La dificultad está en asignarle un beneficio económico a dicha práctica, porque se requiere un estudio con un diseño y una cantidad de repeticiones como para que los datos sean confiables”, afirmó Irurtia.

 

En este marco, desde el centro experimental se buscó responder a estas necesidades. “En base a la conversión alimenticia verificada en un ensayo previo para cada tipo de procesamiento y tamaño de animal, calculamos costos y beneficios, y diseñamos un esquema para facilitarle al productor la evaluación en su propio establecimiento”, planteó Bollatti.

 

La experiencia

 

En el estudio anterior participaron 392 animales británicos, separando los livianos que ingresaron con 250 kg promedio y los pesados, con 380 kg promedio; y durante cien días todos recibieron raciones completamente mezcladas con 68% de grano de maíz, sea como grano entero, quebrado seco, húmedo o rolado a vapor. Como conclusión se registró una mejora en la conversión alimenticia en aquéllos engordados con maíz procesado, independientemente del tamaño del animal. “La diferencia entre entero y procesado fue menor en novillos livianos que en pesados, pero aun así resultó significativa”, señaló Irurtia.

 

 

En base a estos datos, los especialistas estimaron el punto de equilibrio de cada tipo de procesamiento. ¿Qué significa esto? “Indica hasta cuánto podemos invertir para que adoptar esas prácticas nos brinde un beneficio. Si el costo real está por encima de ese punto estaríamos perdiendo plata y si está por debajo, significa que es negocio”, explicó.

 

¿Cómo se calculó? Se partió de los ahorros en alimento por la mejora en la conversión, (por ej. 5,35 kg de MS/kg de novillo liviano si se usa grano húmedo versus 6,19 kg si es grano entero); y se consideró un costo de ración de 33,76 $/kg MS, a fines de junio, valor que incluye el precio de cada insumo, el mezclado, la distribución y el costo del procesado de la fibra, pero no del grano.

 

 

“El punto de equilibrio nos muestra hasta cuánto se puede gastar en procesado ($/kg de maíz), para igualar los beneficios obtenidos por cada práctica, tomando como referencia el grano entero”, reiteró Irurtia. Y remarcó que “ahí se ve nuevamente que, en novillos livianos, cuyas conversiones son mejores, las diferencias entre entero y quebrado o entre entero y húmedo son menores que en pesados, pero de cualquier forma son significativas”.

 

Dando un paso más, los especialistas expresaron el valor de este punto de equilibro en relación al costo del cereal, $/t 30.300 (precio pizarra Rosario al 22-06-22). De este modo, obtuvieron indicadores que permiten contar con una referencia a futuro.

 

 

Los costos de procesamiento

 

Seguidamente, presentaron los costos de procesamiento del centro experimental de Biofarma medidos en pesos por kilogramo de maíz procesado, así como en porcentaje del precio pizarra del cereal, valores que incluyen consumo de energía, mano de obra, tarifas de servicios, amortización e interés anual sobre el valor de la inversión.

 

“Este cálculo, de algún modo da respuesta a la pregunta que nos hacen los productores: ‘entendemos los beneficios de la práctica, pero ¿cuánto se gasta para hacer ese maíz?’, comentó Irurtia.

 

“Tal como se observa, estos costos están muy por debajo del punto de equilibrio, es decir que el procesado es económicamente beneficioso”, argumentó Irurtia. Por ejemplo, los $/kg 0,71 para el grano quebrado expresados en porcentaje del precio del cereal dan un 2% versus el 10,2% para novillo liviano y para 28,2% del pesado, que se muestran en el gráfico anterior: ‘El punto de equilibrio en porcentaje…’.

 

Costo vs beneficio

 

Continuando con el análisis, los especialistas hicieron un balance económico. Para ello, al costo de la ración se le cargó el de procesamiento y resultó en $/kg 33,76; $/kg 34,24; $/kg 35,66 y $/kg 35,72 para grano entero, quebrado, húmedo y rolado a vapor, respectivamente. Para grano húmedo y rolado a vapor el costo de procesamiento es una combinación de 75% grano húmedo o rolado a vapor y 25% maíz seco quebrado.

 

En cuanto a la hacienda, se tomó un precio de compra de $/kg 340 para novillos livianos y de $/kg 290 para pesados; y, de venta, $/kg 325 y $/kg 305, respectivamente.

 

Con estos datos se calculó el margen bruto ($/cabeza) por categoría y grado de procesamiento, datos que se volcaron en el siguiente gráfico.

 

 

“En livianos y pesados el margen es mayor para los distintos tipos de procesados que para el grano entero y, a su vez, el diferencial entre procesado y entero es mayor para los animales pesados”, destacó Irurtia.

 

Finalmente se calculó el beneficio económico ($/cabeza) como diferencia entre el margen bruto de cada procesamiento y el del grano entero en su categoría. “Así $3272 surge de la diferencia entre $11.006 del quebrado y $7734 del entero para el novillo liviano”, ejemplificó.

 

 

“En concreto, hay un beneficio por el procesamiento del maíz, tanto en livianos como en pesados y que resulta mayor para estos últimos. Es la información crucial que aporta el trabajo, lo más difícil de cuantificar, algo que no se tenía al momento”, aseveró Irurtia.

 

En base a estos resultados se calculó qué cantidad de animales según categoría es necesario engordar para cubrir el costo de la inversión.

 

 

“Para la escala de nuestro feedlot, la tecnología de quebrado seco se afrontaría con los beneficios derivados del engorde de 6.500 novillos livianos o 3.670 pesados; y serían necesarios de 7.360 a 9.380 novillos, livianos o pesados, para justificar la inversión en grano húmedo. Aun así, en menos de un año, podríamos cubrir las tres tecnologías”, reveló.

 

Para todos

 

¿Cómo se extrapola esta información a un feedlot de escala mediana? “La idea sería que cada productor pueda presupuestar las instalaciones y los equipos necesarios para adoptar algún tipo de procesamiento. Luego, dividiendo ese costo por el beneficio por cabeza, calcularía cuántos novillos debería engordar por categoría para repagar la inversión”, explicó Bollatti.

 

Para finalizar, Irurtia destacó que incluso en sistemas de menor tamaño, con inversiones más acotadas, estas tecnologías pueden generar beneficios productivos que mejoran el resultado económico de manera considerable, más allá de la variabilidad de la relación compra-venta y de los precios del cereal. “Desde Biofarma podemos realizar estos análisis junto con cada productor, estamos a disposición, en línea con nuestra visión de contribuir a mejorar la eficiencia de la ganadería intensiva”, finalizó.

 

Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne  https://www.valorcarne.com.ar/

 


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