NADIE  LE PIDE A LA PROVINCIA QUE INTERVENGA EN EL MERCADO DE GRANOS

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En una  mañana  muy fría y con lluvia, una  excelente  convocatoria  de las 16 Sociedades Rurales del Sudeste Bonaerense permitió tratar  la situación apremiante de la explotación del Puerto Quequén con su principal elevador, dado que en septiembre el principal elevador podría no tomar nuevos compromisos si no hay decisiones que eviten conflictos.

Con la presencia  del flamante presidente de CARBAP, Ignacio Kovarsky, los dirigentes de las entidades zonales debatieron sobre los serios problemas  que generaría  oportunamente la inactividad de Terminal Quequén o del avance del pliego que pretende imponer  el gobernador Kicillof con una “reserva  del 30 %” en el uso del principal elevador, y la puesta  en garantía del Consorcio -integrado por la cadena- sobre esa misma prioridad asignada.

Si bien señalaron  que puede  haber problemas  dentro  de la cadena  en la transparencia de algunos  precios,  los costos  del puerto  a debatir  y otros  aspectos  del mercado  granario,  los dirigentes insistieron en que la participación de la provincia en el negocio sería – del modo que se plantea- “un salvavidas de plomo” y la protección sugerida a los productores pequeños está actualmente dada en la posibilidad de que todos exporten, como lo indica el servicio público del elevador.

En este sentido, la mejor conclusión a la que se arribó tras interiorizarse sobre el pliego oficial enviado en estos días, es que debería  prorrogarse nuevamente la actual concesión para evitar la inactividad del elevador en plena cosecha fina, y debatir un pliego razonable  y por consenso en el Consorcio.

 

Identificación Electrónica del Ganado

Si bien hubo otros temas, el “chipeo” que se rumorea de imposición obligatoria en 2025 fue parte  del debate. Las Rurales le expresaron  a Kovarsky que  la visión regional  no rechaza  la implementación del sistema, entendiendo las demandas del mercado en el mundo.

Pero  sostuvieron  que  debe  contarse con  toda la información  de  los objetivos, con  la participación  de  entes  como  el IPCVA,  y que  en  primera  etapa  la colocación del “chip” en ganadería  no debería  ser obligatorio, hasta  tanto  la cadena  no se integre  a su correcto  uso y aprovechamiento,  para  no  repetir  la situación  que  se  da  con  el descarte   de  caravanas  en

frigoríficos.


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