El agro ante un verano caluroso, lluvias normales y una Niña en el horizonte

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Las lluvias de noviembre aumentaron la disponibilidad de agua en los suelos de Buenos Aires, el NEA y el centro del país, mejorando las perspectivas para la campaña gruesa. Las probabilidades de un evento Niña para el período estival oscilan entre el 50 y el 72%.
El mes de noviembre dejó lluvias récord en varias regiones de la Argentina, mejorando los perfiles de suelo en la Región Pampeana y beneficiando la siembra de los cultivos de verano. Sin embargo, en el NOA, tormentas severas provocaron daños cuantiosos al cultivo de tabaco. Con un verano que promete ser uno de los más cálidos registrados, las probabilidades de La Niña para el trimestre diciembre-enero-febrero oscilan entre 50% y 72%, según estimaciones internacionales sobre este fenómeno climático.

Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, comentó a Sobre La Tierra que noviembre finalizó con precipitaciones abundantes en gran parte de la Región Chaqueña, el NOA, el centro y el sur de la Mesopotamia y la Región Pampeana. En particular, en el centro-sudeste de la provincia de Buenos Aires se registraron algunos récords de precipitación diaria.

“En Olavarría, por ejemplo, el 3 de noviembre se registraron 88 mm. Es decir que en un día casi se alcanzó el valor promedio mensual, que es 84 mm. En todo el mes se acumularon 293 mm. Este valor supera por mucho el percentil 95 de los valores de la mediana para ese noviembre”, aseguró Adela.

Y agregó: “Algo similar ocurrió en Metán, provincia de Salta, donde el 26 de noviembre se registraron 121 mm, también casi el valor medio mensual, que es de 122,8 mm. Así, en todo noviembre se acumularon 242 mm. Estas precipitaciones, que fueron acompañadas por viento y granizo, causaron daños importantes en los cultivos de tabaco de la zona”.

Por su parte, Gastón Sosa, coautor del informe junto con Adela Veliz, María Elena Fernández Long y Leonardo Serio —docentes de la misma cátedra e integrantes del Centro de Información Agroclimática y Ambiental de la FAUBA— se refirió al estado hídrico de los suelos.

“En el área agrícola de secano de la Región Pampeana ocurrió una mejora en el perfil para los trigos más tardíos, que atraviesan la fase en la que se define el rendimiento. Así también, el contenido de agua útil en la capa arable es muy favorable para avanzar con la siembra y la implantación de los cultivos de cosecha gruesa, como el maíz tardío y la soja”.

Sosa resaltó, además, las variaciones en la humedad de los suelos. “Los mapas muestran mejoras evidentes. Hace un mes, gran parte del este argentino estaba en una situación negativa —es decir, valores inferiores a la media—, que se revirtió con las precipitaciones que antes mencionaba Adela. Hoy, podemos observar valores superiores a la media en el centro de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, la Mesopotamia y el norte del país”.

A continuación, Gastón abordó la evolución del almacenaje de agua en el suelo tomando el perfil hasta un metro de profundidad. “A modo de ejemplo, comparamos dos localidades contrastantes. En Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, la disponibilidad de agua es muy buena. Mientras tanto, Rosario, provincia de Santa Fe, presenta una disminución de la humedad edáfica desde mediados del mes de octubre”.

La temperatura de los océanos y la situación ENOS
María Elena Fernández Long, por su parte, abordó un indicador fundamental del clima: las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial. “Si bien las temperaturas de la superficie en la zona central del este océano presentan valores menores a la media, ya hacia la costa sudamericana muestran valores superiores. Sin embargo, los demás océanos están más cálidos”.

La docente señaló que, en un contexto de calentamiento global, desde principios de año hasta julio, el promedio de las temperaturas de los océanos superaba el valor del récord hasta ese momento —el año 2023—, continuando luego con valores muy elevados.

Con respecto a la situación ENOS —El Niño-Oscilación del Sur—, María Elena puntualizó que según los pronósticos del International Research Institute for Climate and Society, existe un 50% de probabilidad de ocurrencia de La Niña para diciembre, enero y febrero. En tanto, el Climate Prediction Center indica un 72% de probabilidad de La Niña para ese trimestre.

Verano con mucho calor y lluvias normales
Para Leonardo Serio, habiendo finalizado una primavera particularmente cálida, el 2024 se perfila como el segundo año más cálido de toda la serie desde 1961, con temperaturas 0,6 °C por encima de los valores normales —tomando de enero a noviembre—, un valor solo superado por el 2023.

Por último, Serio profundizó en el pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA. “Se espera un verano especialmente cálido en todo el país, mientras que las precipitaciones serían normales en la Región Pampeana, superiores en el NOA y en Cuyo, e inferiores en la Patagonia”.

Por: Pablo A. Roset (SLT-FAUBA)


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