Desarrollan un cerco virtual para pastoreo intensivo

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Basado en tecnologías digitales, facilita el manejo y permite reducir inversiones en infraestructura y superar limitantes de personal. “Apuntamos a subdividir grandes potreros para lograr un uso más eficiente de las pasturas, además de brindar un completo sistema de información sobre el comportamiento del ganado”, afirman desde la startup Bastó.

Las tecnologías digitales siguen poniéndose a punto para proveerle innovaciones a la ganadería argentina. Una de las AgTech que se viene es Bastó, firma nacida en Río Cuarto, Córdoba, que trabaja en la generación de soluciones para el pastoreo intensivo. Su caso fue presentado en el Seminario del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), “Carne: agregado de valor con tecnologías exponenciales”.

“Desarrollamos un cerco virtual que tiene como objetivo solucionar los problemas del alto costo de la infraestructura y la escasez de mano de obra, digitalizando los procesos. La idea es minimizar el tiempo que lleva armar y desarmar parcelas para que los animales estén dos o tres horas por día”, contó a Valor Carne Martín Tosco Sánchez, CEO y co-founder del startup, quien proviene de familia de productores agropecuarios y se especializó en conducta animal.

¿Por qué hacer foco en el pastoreo? “La idea nació por haber visualizado las dificultades que enfrentan los ganaderos que buscan lograr más carne por hectárea a través de pastoreos de ultra alta densidad o rotativos intensivos. Uno de los principales inconvenientes es la escalabilidad de estas prácticas, desde un lote de no más de 400 ha, a grandes extensiones”, planteó.

Como funciona

El sistema de cerca virtual evita que los animales traspasen los límites de un espacio determinado por el productor, mediante la tecnología de internet de las cosas (IoT),

Las caravanas de Bastó emiten estímulos para contener a los animales en el cerco virtual.
Las dispositivos de Bastó emiten estímulos para contener a los animales en el cerco virtual.

El desarrollo está conformado por un gateway (punto de enlace a internet), que a través de una red de comunicación LoRa (sistema de radiofrecuencia), genera un ida y vuelta de información hacia dispositivos en forma de caravana colocados en las orejas de los animales. Estos dispositivos emiten información sobre la localización y comportamiento del animal y, a su vez, producen estímulos que los detienen y hacen que cambien de dirección cuando intentan superar los límites establecidos por el productor desde la interface online de Bastó.

“Son dos estimulaciones, primero sonora y luego estática, con niveles lo suficientemente bajos como para mantener el bienestar de los animales”, aclaró Tosco Sánchez, subrayando que “son estímulos menores que los de un boyero eléctrico y no producen altos valores de betaendorfina ni cortisol, que son las hormonas asociadas al estrés. Incluso son similares o inferiores a los generados por el manejo diario del rodeo”.

Un punto importante, es que antes de iniciar el pastoreo a campo, la hacienda requiere entre de 3 a 10 días de “entrenamiento”, cuando se les ofrece distintas situaciones para que entiendan los estímulos de corrección. Es decir, “se les genera un aprendizaje conductual, un sistema que está probado en todas las especies”, sostuvo.

Una vez listos, los bovinos son llevados a un lote sobre el que luego se establecen los límites virtuales.

“Cuando el productor entra a la plataforma, encuentra su campo geoposicionado sobre un mapa. A partir de allí, puede definir áreas y lotes de pastoreo, y marcar sectores específicos como aguadas o tolvas de autoconsumo. Es decir, darle nombre a cada lote, con una reducción de hasta 50 ha”, afirmó el CEO de Bastó.

Luego, solo tiene que abrir esas tranqueras virtuales hacia donde quiera que los animales se dirijan. “Es igual que con un boyero eléctrico: se les cierra el camino atrás y se van abriendo las parcelas hacia adelante”, precisó. Y resaltó que “una sola persona puede realizar el trabajo de manera remota, sin la necesidad de estar en el establecimiento”.

Otros beneficios del sistema son “minimizar inversiones de infraestructura en campos alquilados e, incluso, poder mudarse a otro establecimiento en forma sencilla”, detalló. Además, “la geolocalización es una importante herramienta a la hora de la carga de hacienda terminada y permite prevenir el robo de ganado”, aseveró.

¿Qué pasa cuando hay problemas de conectividad? “La conexión se puede realizar por redes 3 y 4 G, si las hubiera, pero también se pueden armar sistemas alternativos como un enlace de internet punto a punto con un pueblo cercano, o a través de la red LoRa. Como última opción, existe el internet satelital”, respondió. Y aclaró que en el caso de que se corte internet, “el cerco virtual seguirá funcionando, conteniendo a los animales y lo único que se perderá temporalmente es la conexión con el exterior del campo”.

Datos para producir más

Además del sistema de cerca virtual, Bastó puede proveer otros servicios basados en los dispositivos mencionados que recogen gran cantidad de información para mejorar la eficiencia productiva. Algunos de ellos son el comportamiento del pastoreo, la geolocalización y el monitoreo de la salud.

Geolocalización, distancia recorrida y comportamiento de pastoreo.
Geolocalización, distancia recorrida y comportamiento de pastoreo.

“La caravana nos brinda datos de la recorrida diaria del animal, en qué lotes fue comiendo, cuándo estuvo bebiendo y hasta nos permite detectar cualquier conducta anómala relacionada con problemas de salud”, precisó.

Entre otros informes, genera un mapa de calor con el movimiento de los animales, detalla cuánto tiempo estuvieron en cada lote e infiere cuánto comieron en base a la disponibilidad de pasto del lote. Toda esta información se va registrando día a día y genera una trazabilidad a lo largo de la vida del animal.

“Finalmente, estos dispositivos nos permiten hacer un cálculo aproximado del aumento diario de peso, en base a los datos generados por el sistema y los requerimientos de cada animal, que aporta el productor”, contó el emprendedor. Y subrayó que “las herramientas fueron testeadas en conjunto con la Universidad Nacional de Rosario, “partner del proyecto”.

Para salir al mercado

Volviendo al cerco virtual, la idea surgió en 2019, cuando Tosco Sánchez empezó el camino del emprendimiento con su socia Virginia Gonella, especialista en zooterapia.

“Teníamos cierta experiencia en celdas virtuales para mascotas y, conociendo la problemática de los ganaderos, nos preguntamos si funcionaría en bovinos”, recordó.

Así las cosas, durante un año realizaron diferentes pruebas de prototipos con vacas hasta comprobar que respondían a los estímulos. El proyecto fue incubado por la Asociación de Emprendedores Tecnológicos de Córdoba (ASETEC) y, en 2020, fueron acelerados por el Founder Institute para lograr el primer respaldo privado a través de los denominados inversores ángeles. También fueron beneficiados por el Fondo de Coinversión AgTech de la provincia de Córdoba.

En este recorrido, los fundadores sumaron siete socios empresariales, en su mayoría ganaderos y el equipo de trabajo se completó con ingenieros electrónicos y en desarrollo de software. Los desarrollos son probados en un campo laboratorio en Río Cuarto y hoy están armando uno similar en una zona de sierras, en el departamento de Colón.

Otro paso clave fue el acuerdo de compra con adoptadores tempranos para terminar de ajustar los servicios que ofrecerá Bastó, que ahora se prepara para salir al mercado. “En diciembre comenzaremos a comercializar un servicio de monitoreo de salud, geolocalización y comportamiento de pastoreo, y en 2022 estará disponible el cerco virtual”, adelantó.

Para el emprendedor, aún quedan muchos temas por desarrollar. “En una segunda etapa, esta tecnología nos permitirá avanzar en reproducción, entre otros aspectos, haciendo hincapié en el comportamiento de la hacienda. La digitalización tiene muchísimo para aportar a la eficiencia de la ganadería”, finalizó.

Por Marcos Lopez Arriazu, Jefe de Redacción de Valor Carne


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