Con viejos y nuevos clientes y muchas manos en cada lote, síntoma de que el producto funciona, la cabaña de la familia Castro Madero vendió su torada PC en forma ágil y logrando un destacado promedio en lo que fue su 15º remate anual
“Yo te diría que se superaron las expectativas. La verdad es que estamos muy contentos. Uno siempre en los días previos al remate está nervioso, por la situación del país, por si la gente va o no a ofertar… Y salió todo más que bien, estamos contentísimos y muy agradecidos a toda esta clientela que nos sigue, y que valora el trabajo que hacemos”, dijo el cabañero Jorge Castro Madero (h).
“Fue un remate muy ágil, con muy buena calidad de hacienda, muy parejo, y creo que quedó demostrado el laburo en equipo, tanto de la cabaña como nuestro, y eso es lo que se vio en la pista y por eso pasó lo que pasó: hicimos más de 1.300.000 pesos de promedio en los toros, que no lo teníamos ni pensado”, agregó el martillero Alfonso Monasterio.
Dos de los protagonistas de una fría y muy exitosa tarde ganadera sintetizaron en forma simple y rápida lo que ocurrió en la pista de la Sociedad Rural de Tres Arroyos en el 15º remate de La Escondida. La cabaña de Gonzales Chaves vendió su torada puro controlada en forma ágil, a buenos valores, y logrando un destacado promedio. Para finalizar con la comercialización de vaquillonas propias y de invitados (Cabaña Sausalito de Jorge Srodeck), que también encontraron sus manos y sus valores.
Fueron 62 toros los puestos a venta y desde el inicio hasta el final, el remate tuvo ritmo, manos y pujas. Fue muy homogénea la oferta, también lo fue la demanda. Así fue que voló la torada por la pista, quedando el precio máximo de la tarde para el lote 6, que hizo 2.600.000 pesos.
Orgullo
“Estamos muy contentos no sólo por el promedio, sino por lo ágil que fue el remate. Y lo que hemos visto es que cada vez más se suma gente de la zona que llega recomendada por clientes que probaron los toros y les fue bien, que está hablando y contando a los demás que los toros funcionan”, indicó Jorge.
“Eso es motivo de orgullo, porque son muchos años de trabajo para llegar a este toro. Uno empieza tres años antes, cuando echa el toro a las vacas, a sus madres. Así que todo esto es un trabajo de equipo, de la gente que trabaja en el campo, de nuestra familia y también de la casa consignataria”, agregó.
A su turno, Alfonso, que compartió el martillo con Jorge Rodríguez, destacó el promedio. “A mí siempre me gusta valorar el promedio. Es lo más importante, porque quiere decir que fue un remate equilibrado. En este remate se destacaron los 60 toros que se vendieron, que eran espectaculares, con algunos súper buenos”.
Se vieron muchas caras de productores de la región, pero también hubo manos de compradores extra zona, que también vinieron a buscar la genética de La Escondida. “Nos acompañó mucho la gente, y hubo muchos compradores que volvieron porque saben el producto que se llevan, lo que produce, y el criterio que tiene la cabaña, que queda bien visto en la pista. Tanto en los toros como en la vaquillona, que salió en forma muy fluida también”, comentó Rodríguez.
Así pasó el 15º remate de La Escondida, cabaña ya transformada en una marca registrada del Angus moderado y con muchísimo peso en la zona.
Los negocios
Organizador: La Escondida (Invitada: Sausalito)
Consignataria: Monasterio Tattersall
Remate: Físico y streaming
Plataforma/Lugar: Sociedad Rural de Tres Arroyos y por Clic Rural
Martillo: Alfonso Monasterio y Jorge Rodríguez
Animales: 233
Plazo: 30, 60, 90 días
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