Un campo adelantó el destete en gran parte de su rodeo por la seca y midió el efecto de esta práctica versus la convencional como testigo. Viendo la evolución de los terneros y sus madres, decidieron adoptar el nuevo modelo para crecer en cría sin ampliar la superficie. El plan de alimentación, clave. Aquí, la experiencia.
La producción de terneros es cada vez más complicada. Los sistemas de cría son de por sí de baja eficiencia y demandan grandes superficies que deben enfrentar la competencia de la agricultura y la creciente variabilidad climática, con fenómenos como la sequía de los últimos tres años. Si bien se sabe que el destete precoz permite “aliviar” a la madre, con efectos fácilmente observables en la preñez, muchos productores dudan sobre la crianza de los teneros, temiendo por su sobrevida y productividad futura.
En este marco, el equipo técnico de Biofarma junto con el CENAB (Centro Experimental de Nutrición Animal de la firma) llevó adelante un ensayo de campo comparando el destete de los terneros a los 60-90 días, con un plan nutricional especial para esa categoría, versus los criados al pie de la madre.
“La idea era comprobar por qué es conveniente destetar cuanto antes frente a la escasez de forraje, midiendo la evolución del peso de los terneros y la tasa de preñez de las vacas, para contar con datos que faciliten la toma de decisiones”, contó el M.V. Nahuel Fernández Zuvich, técnico de la empresa.
Un caso real
La experiencia se llevó adelante en un campo de Santiago del Estero que se proponía crecer en cría para aumentar el número de cabezas destetadas por año, pero cada vez la agricultura le robaba más superficie y se hacía imposible competir. Por eso, hace un par de años, comenzaron a implementar un programa de destete precoz sistemático, a los 60-90 días de edad del ternero.
El 2021, lo hicieron con 1.600 vacas, a los 60 días de la parición, y alcanzaron preñeces superiores al 90% mientras los terneros ganaron más de 700 g/día durante los primeros 30 días a corral. Ante estos buenos resultados, en 2022 apuntaron a destetar precozmente el 100% de los terneros, aunque por cuestiones circunstanciales se llevó a cabo a los 90 días de vida de los mismos.
Así las cosas, el establecimiento acordó con el CENAB realizar la prueba de dejar un grupo de 200 vacas con el ternero en pie, seleccionándolas al azar de un rodeo de 800 vacas -que habían parido en noviembre de 2021- y evaluar su desempeño y el de sus terneros versus los destetados precozmente, utilizando la línea de nutrición de Biofarma para esta práctica.
“Los resultados fueron muy satisfactorios. Pudimos corroborar un programa de alimentación que venimos implementando desde hace varios años, pero en este caso en condiciones controladas, y comparar su efecto con la misma camada mantenida al pie de la madre”, afirmó el M.V. Franco Di Pietro, otro técnico de la firma.
Para los especialistas, el ternero es el punto crítico de esta práctica, por lo que resulta clave implementar un programa de manejo adecuado en nutrición, sanidad y confort animal. En ese sentido, la alimentación es altamente desafiante ya que el consumo en los primeros días es muy bajo (menos del 1% del PV) debido a la transición de lactante a rumiante, sumado al estrés por el destete precoz y la adaptación al nuevo alimento.
“Para afrontar estas dificultades diseñamos un programa de alimentación especial para destete precoz que incluye un ‘preiniciador’ (Bioway Cría) con una formulación y un tratamiento térmico para maximizar su digestibilidad, de modo que el ternero desarrolle el rumen lo antes posible, para continuar luego con ‘iniciadores’ de alta calidad”, explicó Di Pietro.
“Estos alimentos logran que los terneros jóvenes equiparen rápidamente los requerimientos nutricionales, pese a su bajo consumo inicial, evitando que sacrifiquen tejido corporal”, argumentó.
Los terneros crecen
En general, los terneros que se destetaron tempranamente (con 95 kg promedio) obtuvieron ganancias de peso de 830 g/día, en los primeros 28 días, con una conversión de alimento de 3,54 kg por kilo ganado, y muy baja mortandad, menos del 1%.
Como se ve en el primer gráfico, al comienzo de la prueba el grupo de destete precoz arrancó con terneros 5 kg más livianos en promedio, debido a la selección al azar. Luego del destete llegaron las lluvias, creció el pasto y esto hizo que los terneros al pie de la madre tuvieran buenas ganancias de peso (791 g/día) hasta el momento del destete convencional (175 días). En tanto, los precoces, que arrancaron encerrados con buenas ganancias de peso, una vez liberados al campo bajaron un poco su tasa de crecimiento por la adaptación y llegaron a los 175 días con menor ganancia (650 g/día) que los otros.
Tras el destete convencional, ambos grupos salieron al campo sobre pasturas de Gatton Panic. Entonces, mientras los de destete convencional sufrieron el estrés del cambio (450 g/día, segundo gráfico), los destetados precozmente -que ya estaban adaptados y con un rumen funcional- continuaron ganando buen peso (858 g/día).
A los 60 días de haberlos reunido, ambos grupos terminaron con iguales brechas de peso que al comienzo. Es decir que, pese a diferencias entre momentos de destete, “precoces” y “convencionales” lograron las mismas ganancias de peso globales hasta los 205 días de edad.
“Los resultados de esta experiencia son en cierto modo extrapolables a otras zonas del país afectadas por la sequía, incluyendo la Cuenca del Salado y la Mesopotamia, principales productoras de terneros”, aseveró Di Pietro.
Qué pasó con las madres
Los efectos sobre las vacas fueron los esperables, con una mejora de la condición corporal (CC) de las destetadas precozmente respecto de las que seguían con la cría al pie (3,33 vs 3,04). El porcentaje de preñez aumentó de 72 a 81%, o sea nueve puntos porcentuales, como se ve en la siguiente tabla.
“Hay trabajos previos que muestran mayores diferencias en la tasa reproductiva. Pero en este caso se pueden haber estrechado por la mejora en la disponibilidad de pasto a raíz de las lluvias, sumado al remanente por el menor consumo del grupo de destete precoz”, señaló Fernández Zuvich. Otro indicador de interés es que la preñez cabeza pasó del 34 al 40%, o sea, un aumento de seis puntos porcentuales, lo que permitirá lograr terneros más pesados.
“Por otro lado, el grupo de destete precoz no llegó al 90% de preñez potencial, lo cual se explica por una demora en la implementación de la práctica”, indicó, detallando que, a la derecha de la tabla, se observa que las 1.626 vacas que en 2021 se habían destetado a los 60 días tuvieron un 94% de preñez, aunque al no tratarse de la misma experiencia, los datos no son estrictamente comparables.
Ahora, el equipo de técnicos junto con el CENAB seguirá el desempeño de los terneros de ambos grupos durante la recría y la terminación a corral. “Hay bibliografía que reporta mayor peso a faena con destete precoz, con mejor engrasamiento intramuscular y área de ojo de bife, debido a la dieta con alto nivel de concentrados en edades tempranas. La idea es corroborarlo en este caso”, adelantó Fernández Zuvich.
Para tener en cuenta
El M.V. Román Irurtia, gerente de rumiantes de Biofarma, destacó que la experiencia no sólo permitió comprobar que es conveniente destetar cuanto antes frente a la escasez de forraje, sino evaluar la alternativa de utilizar esta práctica año tras año para estabilizar la cría e incluso aumentar los kilos producidos por unidad de superficie.
“Muchas veces, a pesar de la sequía, el productor tarda en tomar la decisión de destetar esperando a que el ternero sea más maduro, cuando debería hacerlo lo antes posible para lograr una buena respuesta reproductiva. Hay herramientas para que ese ternero joven continúe su desarrollo perfectamente y, al mismo tiempo, beneficiar a la vaca para mantener la futura extracción del rodeo”, aseveró.
Finalmente, Iriurtia subrayó: “parte del éxito del destete precoz es diseñar un plan nutricional con productos de calidad. La tecnología está disponible”.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne // https://www.valorcarne.com.a
